Una completa radiografía a la realidad de las elecciones municipales en el último tiempo presenta el nuevo estudio publicado por AMUCH: “¿Cómo votamos en las municipales? La baja participación electoral”, análisis deja en evidencia datos relevantes respecto al comportamiento de los chilenos a la hora de sufragar.
La iniciativa surge a partir de una preocupación de AMUCH, producto del alto nivel de abstención, además del compromiso de abordar aspectos tan relevantes como la descentralización y la participación ciudadana, razón por la cual se elaboró este estudio y, a partir del mismo, desarrollar un conjunto de acciones que promuevan la participación electoral.
A modo de contexto, es importante destacar que en la última elección municipal del 28 de octubre de 2012 debutó la inscripción automática y el voto voluntario. Esta nueva ley, que vino a modificar el antiguo sistema de inscripción voluntaria y voto obligatorio, trajo consigo un clima de gran incertidumbre, especialmente, a la hora de preguntarse sobre si la participación del electorado disminuiría como ha sido la tendencia en los últimos años.
Entre los datos a destacar se encuentra la participación electoral más baja, la cual se registró en la XII región de Magallanes con (31,32%), seguido por la XV región de Arica y Parinacota(34,94%) y la II región de Antofagasta (35,16%).
Por otro lado, la participación más alta la registraron la VII región del Maule (54,59%), la VI región de O’Higgins (52,72%) y la VIII región del Bío Bío (50,08%).
A nivel local, las comunas que registraron las cifras más bajas de participación electoral en la elección municipal de 2012 fueron: Primavera (20,77%), Chañaral (21,74%), Huara (26,75%), Punta Arenas (27,86%), Puente Alto (29,52%). Por su parte, entre las que contaron con la más alta participación electoral se encuentran: El Carmen (93,90%), Treguaco (79,02%), Lago Verde (76,64%), Litueche (76,62%)y Empedrado (74,91%).
A partir de los datos entregados, se plantea la siguiente hipótesis: Las comunas con un mayor número de habitantes tienden a participar menos. En cambio, las comunas que poseen un número de habitantes menor tienden a participar más. Además, se concluye que para las Elecciones Municipales 2016 se prevé un escenario no muy diferente a los anteriores. En este contexto se plantea un manto de incertidumbre sobre cómo será la participación electoral.
Además, y teniendo en consideración lo antes expuesto, cabría esperarse un escenario similar o quizás más bajo en la próxima elección de octubre. Para tratar de revertir esto en alguna medida, se hace imprescindible que en los próximos meses las campañas electorales promuevan un acercamiento más estrecho para con la ciudadanía y alienten a una participación activa y masiva.
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